El texto de Lira es hiperliterario, una parodia de la literatura, apoético o poético a contrapelo. Es el balance de una quiebra, el inventario de una imposibilidad que incluye, ciertamente, la cosa política como una actividad del lenguaje
Enrique Lihn
para la galería imaginaria
Por quién sabe dónde, por ende, por quién sabe cuándo
por los mil demonios, por diosito santo
por las cuatro esquinas, por causa de
muerte, por lluvia, por quiebra.
Porque yo te quiero —porque te he olvidado—
por los siete mares, por las puras huevas
por las malas o por las buenas
por el ciclo inmenso, por entre las piernas
por detrás y por delante, por el candidato
por la derecha, por la izquierda o por el centro mismo
por la letra ene (por quién sabe cuánto)
por si mismo (o “al cuadrado”).
Pues si así no fuera (o “fuese”) ... por
lo que podría ser (o haber sido...)
porque si o porque no o porque así se dio
la gana, porque Dios lo quiere, por angas
o mangas, por la mañanita, por la tarde larga
por la noche negra, por la madrugada.
Por treinta monedas; por amor al arte;
por la madre patria, por el alma mater, por
la misma mierda ...! porque no sabia, por pura
ignorancia ... por mi mano izquierda, por mi
madre muerta, por la puerta, por la cresta o
por la ventana.
Por estas “palabras que pienso y declaro”’1
por bueno o por malo, porque tuve ganas
porque ah -jasi no vale!- por todo o
por nada.
Porque qué más daba, porque así me place
por casualidad o por coincidencia o por si
acaso, por si las moscas, porque quizás los otros…
—o cualquiera…— porque quizás la aurora
—o el crepúsculo—
por la penumbra gris… por la azucena…!
por la razón o la fuerza
por los siglos
de los siglos.
1 Violeta Parra, Gracias a la vida
para D. T.
el burro y la muerte se desnudan