"Prácticamente todo lo aprendí de Huidobro. Gracias. Incluidas algunas malas costumbres, esa es la verdad de las cosas. Las fallas del discípulo no se explican sin las genialidades del maestro".
Nicanor Parra
Algo se ha quedado
Sobre las más tibias lejanías
En todas las rutas
había sangre de mis plumas
Al querer recogerlas
he visto que eran muchas
No es el Cristo que ha pasado
Lento como las horas del Oriente
Mi cruz no cargó mis espaldas
Ni vuela sobre los techos
EN LA CAMPIÑA HABÍA PUNTOS ROJOS
Mi cruz sin alas iba en mi pecho
Y no ha querido nunca cerrar los ojos
Un pájaro se quema en el ocaso
Cuántas cosas hemos olvidado
Mirando hacia la vida
He visto mi cigarro
Que humea en las más tibias lejanías
Un cigarro vacío
A lo largo del camino
He deshojado mis dedos
Y jamás mirar atrás
Mi cabellera
Y el humo de esta pipa
Aquella luz me conducía
Todos los pájaros sin alas
En mis hombros cantaron
Pero mi corazón fatigado
Murió en el último nido
Llueve sobre el camino
Y voy buscando el sitio
donde mis lágrimas han caído
Los recuerdos
se han fatigado de seguirme
LA SENDA ERA TAN LARGA
Este viento venía de unas alas
Y los días pasan aullando al horizonte
Como un balandro joven
Crucé muchas tormentas
Entre canciones marineras
Todas las gaviotas
dejaron plumas en mis manos
Tras la última montaña
los meses descendían
Un póstumo cantar nos cerró la salida
El libro
y la puerta
que el viento cierra.
Mi cabeza inclinada
sobre la sombra del humo,
y esta página blanca que se aleja.
Escucha el ruido de las tardes vivas,
reloj del horizonte.
Bajo la niebla envejecida
se diría un astro de resorte.
Mi alcoba tiembla como un barco.
Pero eres tú,
tú sola,
el astro de mi plafón.
Yo miro tu recuerdo náufrago.
Y aquel pájaro ingenuo
bebiendo el agua del espejo.
Mis ojos de plaza pública
Mis ojos de silencio y de desierto
El dulce tumulto interno
La soledad que se despierta
Cuando el perfume se separa de las flores y emprende el viaje
Y el río del alma largo largo
Que no dice más ni tiempo ni espacio
Un día vendrá ha venida ya
La selva forma una substancia prodigiosa
La luna tose
El mar desciende de su coche
Un jour viendra est déja venu
Y yo no digo más ni primavera e invierno
Hay que saltar del corazón al mundo
Hay que construir un poco de infinito para el hombre.
El pájaro de lujo ha mudado de estrella
Aparejad bajo la tempestad de las lágrimas
Vuestro ataúd a vela
Donde se aleja el instrumento del encanto
En las vegetaciones de los recuerdos
Las horas en torno de nosotros hacen sus viajes
Va rápido
Va rápido impulsado por los suspiros
El mar está cargado de naufragios
Y yo he alfombrado el mar para su paso
Así es el viaje primordial y sin pasaje
El viaje instructivo y secreto
En los corredores del viento
Las nubes se apartan para que él pueda pasar
Y las estrellas se encienden para mostrar el camino
Qué buscas en los bolsillos de tu chaqueta
Has perdido la llave
En medio de ese zumbido celeste
Vuelves a encontrar en todas partes tus horas envejecidas
El viento es negro y hay estalactitas en mi voz
Dime Guillermo
Has perdido la llave del infinito
Una estrella impaciente iba a decir que hace frío
La lluvia aguzada comienza a coser la noche
Yo estoy ausente pero en el fondo de esta ausencia
Hay la espera de mí mismo
Y esta espera es otro modo de presencia
La espera de mi retorno
Yo estoy en otros objetos
Ando en viaje dando un poco de mi vida
A ciertos árboles y a ciertas piedras
Que me han esperado muchos años
Se cansaron de esperarme y se sentaron
Yo no estoy y estoy
Estoy ausente y estoy presente en estado de espera
Ellos querrían mi lenguaje para expresarse
Y yo querría el de ellos para expresarlos
He aquí el equívoco el atroz equívoco
Angustioso lamentable
Me voy adentrando en estas plantas
Voy dejando mis ropas
Se me van cayendo las carnes
Y mi esqueleto se va revistiendo de cortezas
Me estoy haciendo árbol Cuántas cosas me he ido convirtiendo en otras cosas
Es doloroso y lleno de ternura
Podría dar un grito pero se espantaría la transubstanciación
Hay que guardar silencio Esperar en silencio
Resbalando
Como canasta de amarguras
Con mucho silencio y mucha luz
Dormido de hielos
Te vas y vuelves a ti mismo
Te ríes de tu propio sueño
Pero suspiras poemas temblorosos
Y te convences de alguna esperanza
La ausencia el hambre de callar
De no emitir más tantas hipótesis
De cerrar las heridas habladoras
Te da una ansia especial
Como de nieve y fuego
Quieres volver los ojos a la vida
Tragarte el universo entero
Esos campos de estrellas
Se te van de la mano después de la catástrofe
Cuando el perfume de los claveles
Gira en torno de su eje
Hoja del árbol caída en infancia
hoja caída de rodillas
en el centro de su olvido
dulce juguete de esperanzas y relámpagos
sangrando la cabeza malherida
como las ilusiones ópticas
en su palacio de muerte inolvidable
constante barco de corazón doliente
entre naufragio y sombra apresurada.
Hoja del nudo caído en árbol caído en infancia
adónde te arrastran hoja de dulce corazón
y los excesos del fuego de las águilas visuales
hojas de las ramas calefaccionables
detenidas en el aire
prontas a podredumbre entre sus propios brazos
como las aguas embrujadas.
Mi espejo, corriente por las noches,
Se hace arroyo y se aleja de mi cuarto.
Mi espejo, más profundo que el orbe
Donde todos los cisnes se ahogaron.
Es un estanque verde en la muralla
Y en medio duerme tu desnudez anclada.
Sobre sus olas, bajo cielos sonámbulos,
Mis ensueños se alejan como barcos.
De pie en la popa siempre me veréis cantando.
Una rosa secreta se hincha en mi pecho
Y un ruiseñor ebrio aletea en mi dedo
donde encuentro y como se llama ese poema que comienza
Mujer el mundo esta amueblado por tus ojos