Carta enviada el 13 de agosto.
por Rita Santiago
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Estimado director,
Escribo esto movida por la emoción más tonta pero irresistible: el chisme me corre por las venas como la cafeína a las 8 AM. Como mi turno no termina hasta las 20:00, necesitaba desahogar esta intriga.
La protagonista de este drama es una señora que trabaja en el café de enfrente (nuestra competencia directa, obvio) Que llega en un BMW último modelo con un hombre que grita "soy el marido" sin necesidad de hablar: trae el anillo de compromiso a juego con el de ella, usa corbata de seda italiana y tiene esa sonrisa de quien sabe que su firma vale más que su carisma. Se despiden con un beso rápido, de esos que ya no tienen chispa pero sí rutina, como quien marca tarjeta de salida.
El detalle clave: ella lleva anillo de matrimonio, pero aquí viene el plot twist: ¿es su esposo el tipo que la deja en el super deportivo, o más bien el señor fome como un reloj que aparece a las 14:00 en punto a pedir su combo criminal (sándwich mixto + Coca-Cola en lata)?
El hombre del sándwich es, por no hablar mal de nadie... pero es un hombrecito sin gracia. Tanta Coca-Cola lo ha dejado pelado, y cuando pide su almuerzo lo hace con la emoción de quien lee los términos y condiciones de un contrato. Aburrido como una barra de cereal vegana. En cambio, el del deportivo (que, insisto, debe ser el marido) es un hombre de negocios con ese aire de 'firmo cheques con una mano y rompo corazones con la otra'. Agraciado, con una sonrisa que —si no fuera pecado— me haría lanzarme sobre él como gaviota sobre una patata frita en la playa.
Y sí, sé lo que está pensando: "Rita, ¿no será al revés?". Pero fíjese en las pruebas: el marido rico la besa como quien firma un cheque, mientras que El Fome mira a La competencia con esa mezcla de deseo y desesperación típica de quien sabe que, sin el factor sorpresa, no tendría ninguna chance.
¿Será que la señora lo mantiene por lástima? ¿O el fome tiene un don oculto, como hipnotismo o herencia millonaria? Así que sí, estimado director, este no es un simple triángulo amoroso. Es una obra maestra del thriller cotidiano, donde el verdadero misterio no es quién es el amante, sino... ¿qué diablos le ve ella a ese tipo? Si me lo permite, director, mantendré este Docu-reality bajo vigilancia. Prometo actualizaciones con lujo de detalles: desde las miradas sospechosas hasta cualquier migaja de evidencia.
Atentamente,
Rita Santiago
Barista, detective amateur y su mejor fuente de chismes premium.