Estimado director/a/e:
Agradezco primero haber publicado mi carta-poema anterior. Ahora, con un poco menos de vergüenza (eso creo), hago envío de otro de mis poemas. No sé por qué lo hago, pero lo hago, diría el Niño Antipoeta.
Soy el árbol que en otoño
una a una pierde sus hojas
Y así, tal deshoja
se queda sin cabellos,
piel y ropa
Se le van sus colores
en un soplo de despedida
Soy el árbol que deshoja
una a una todas sus hojas
Y tu pie con placer pisa una de ellas
que justamente es mi corazón
Ariadna Kyteler