Había que pintar el primer libro pero cuál pintar
cuál primer tomar todos los ocres también
el amarillo oscuro de la tierra
capas unas sobre otras: arcilla terracota ocre
arañar un poco lamer los dedos para formar
esa pasta ligosa
untar los dedos los brazos ya estás abierto
páginas blancas abiertas no hay recorrido previo
tratar de hendir los dedos
- Por qué tan tristes por qué así estos colores,
dicen, preguntan los choroyes de alas verdes
que pasan en bandadas
- Por qué esa oscuridad, gritan
- Hay un negro que sombrea que nos cubre
Se alejan pero no alcanzan a ver el rojo que descubro
Debajo de mi axila.
- No hay claridad, no hay claridad, graznan
- Ha caído la nube gris sobre mi vuelo: eran granizos
era hielo el que quebró mis alas
Y ahí en las alambradas, suspendido su vuelo
se dan a murmurar
todo tranquilo inmóvil apacible
xxxxxxxxxxIntento abrir al ritmo de mi abdomen
un hueco a la palabra Se encabritan las olas
de mi cabeza Aúllo Aúlla
el celador pliegue el celador pliegue
de mi memoria de mi memoria
xxxxxxxxx(mi naranja guardada por cáscara porosa)
Nadie entra en esta esfera Apretada
me sumo Zumo líquidos que irrigan
mis conductos Pero las fosas husmean
buscando la fragancia Mi naranja olorosa
apretada resiste pero el dedo se hunde
desgarrando Me abro en gajos amarillos
y crujo este sonido al desmembrarme
Diluida cae deviene la arcillosa
las yemas esparcen la tintura acuosa por esa
superficie curva
- Hay una suavidad en ese monte en esa
curvatura, susurran los choroyes,
hay una tibieza incitadora, hay unos
misterios insondables en esa curvatura
Acaricia la tinta, bajan las yemas acariciando
con ademanes suaves, pero hay un musgo adherido
hay una maraña tupida que estorba detiene
el deslizar
Separan los machetes afilados la maraña
tupida
Ah, mi vieja cajita de madera
encarcelada, destruida, borrada,
tachada, desterrada, fundida,
deshinchada, desollada
¿alguna vez soñaste
ser un pájaro?
Bailan sus hilachas
Como guías aéreas
Abandonan la escena más allá de los labios
(sus guardianes los dientes)
Sinuosa se desliza hasta el pecho auscultando
latidos desde una superficie
(insiste un instante en los latidos)
Perpleja vuelve a entrar a escena
enrollando sus guías Acogen los labios
en su prisión el hueco de esta lengua
muda quedamos
(el humus cenagoso no se cuaja en la palabra)
Estos poemas fueron extraídos de Pide la Lengua, disponible en BP digital.