Carta enviada el 03 de Abril.
por Anónimo
Estimado director "calaveristico", (me la invente)
Aquí se presenta uno mas de aquellos raros anónimos, que por miedo a ser "tal vez" un tanto juzgados su nombre se han reservado.
He de comunicar con todo el respeto que su peculiar investidura merece, que su página ha capturado mi atención de una manera inesperada, casi un flechazo a primera lectura. Quizás mi juicio sea precipitado, pues esta carta es lo que más tiempo me ha tomado redactar.
Espero sinceramente que este humilde escrito resuene en su "calaverístico"
No somos nombre,
no somos ley,
y sin embargo
te busco, te sé.
No hay promesas,
no hay lugar,
pero tus manos
me saben amar.
No somos verbo,
no somos voz,
pero tu risa
me reza a Dios.
Y en la nada
donde caí,
me encontré vivo
cuando te vi.
Porque sin ser,
todo de nosotros sentí.
Porque en tu sombra
yo renací.
¿Será tu piel
mi religión?
¿Tu “no ser”
mi salvación?
Si esto es nada,
qué dulce ardor.
Tal vez no ser
también es amor.
Atte: de un anónimo que mañana reprobara, por escribir en vez de estudiar.