Carta enviada el 5 de julio.
por Godoy
IG: @_cr1st0bl
Y ahí estaba yo, aburrido en la casa de mi papi, obligado a escuchar incoherencias de un viejo que pronto no volvería a ver. Pero decidí hacer el intento de pasar un rato agradable con él, así que me paré del sillón en que estaba echado y me dirigí a la pieza de mi papi, el cual, al verme pasar, me preguntó lo que siempre me preguntaba:
¿Estás regando las flores?
Yo, harto de la pregunta de siempre, respondí con un simple:
No, papi, no lo estoy.
Él, con una sonrisa en el rostro, me pidió que me sentara al lado de la cama en la que estaba él. Yo obedecí, y sorprendentemente me empezó a contar una historia, la cual empezaba con un hombre misterioso que siempre vestía de negro y montaba un caballo, sorprendentemente, negro.
Este hombre, lleno de misterio e intriga, gustaba de cabalgar en las noches y tocar la guitarra bajo una higuera. Esto sucedía en un pueblo escondido entre cerros llenos de parras. Los habitantes del lugar contaban que en el pueblo aparecía el mismo diablo, que rodeaba las casas con su caballo. Estos habitantes empezaron a tener miedo, al punto que en las noches no salían.
En las afueras del pueblo había una higuera muy grande y frondosa. Los habitantes también decían que en la higuera el diablo se ponía a tocar la guitarra. Un habitante se armó de valor; llegando tarde de la mina, pasó por la higuera y, sorprendentemente, ese hombre, con su caballo atado al tronco firme de la higuera, estaba allí, tocando la guitarra melodiosamente.
Godoy