Carta enviada el 17 de nov.
por María Paz Yurisch
Estimado Director,
A raíz de los resultados de la primera vuelta electoral en Chile quiero aclarar que no vengo a hablar de política como tal. De esos personajes hay muchos e, incluso, demasiados. Sin embargo, indudablemente me asalta un sentimiento de incertidumbre por el futuro.
Siento que la nación ha entrado en un cuarto oscuro donde convergen la esperanza y la sombra. No hablo de partidos ni de encuestas sino de esa atmósfera profunda que sacude la cultura, la memoria y las palabras. Como escritora, no puedo sino observar cómo la literatura responde a este temblor con la misma ternura y tensión con la que se arma un poema.
Este relato colectivo que son las elecciones propone la idea de una novela que todavía no se termina de escribir y pone a la cultura en un papel de brújula pero ¿A quiénes estamos guiando? ¿Cuál es nuestro papel como escritores?
La literatura de nuestro país, desde Gabriela Mistral hasta Marcela Serrano ha sido testigo de múltiples transformaciones políticas y sociales y hemos escrito nuestra historia cual verso para un soneto.
Cuando miro a jóvenes con sus libros en las manos comentando sobre distopías, en cafés hablando sobre política, buscando en anaqueles una voz que resuene con sus propias inquietudes pienso que la literatura no es un lujo sino que un acto de resistencia.
Y debemos hacerle justicia a esta resistencia no permitiendo jamás que nuestras plumas agoten su tinta si no es porque nosotros lo escojamos así.
Cierro esta carta reflexionando sobre que este tiempo de incertidumbres no es más que material para los relatos que escribiremos mañana y que las sombras no son más que crisol para las nuevas voces que desean ser escuchadas.
Qué viva la literatura y el arte.
María Paz
