Nuestra vida comienza al igual que acaba, con un pequeño latido y un efímero suspiro, ese pensamiento ha rondado mi mente constantemente los últimos días y da mucha ansiedad no saber cuál será el último de estos...
Sentado en la banca diviso como la templanza se aproxima a mi, tan bella, tan hermosa, tan gentil que me agarra de las manos como queriéndome algo decir. Ella tan sabia y con mucha confianza, intenta besar mis sentimientos que guardan aquella añoranza como la lluvia en las plantas.