Vikcy nos regala este poema que, como buen poema de desamor, es también una velada amenaza: cuidado con enamorarse, pero, al mismo tiempo, ojalá que te enamores.
Por sencillas que parezcan, no hay preguntas sencillas de responder. Un buen ejemplo es la pregunta de Daniel, quien envía una consulta con total inocencia, pero que no dejó dormir a quien escribe estas palabras.